Saluda de la directora
El edificio que alberga a la Residencia, intramuros del recinto abaluartado del siglo XVII y en pleno corazón de la ciudad, favorece un acceso inmediato y fácil a todo tipo de servicios comunitarios y de actividades deportivas y socioculturales.
No obstante, sin menoscabo de lo que supone esta privilegiada situación, conviene decir que nuestras más profundas señas de identidad descansan sobre un modelo de convivencia que, tras más de medio siglo de existencia, se ha mimetizado con el carácter dual del entorno y la ciudad, aunando historia y tradición con modernidad y apertura a un nuevo mundo marcado por la globalización y la virtualidad.
La vida en nuestra Residencia constituye, per se, un patrimonio vivo de prácticas, de actividades y de experiencias inclusivas y de atención de calidad a la colectividad de estudiantes que forman el grupo de Residentes, los cuales consiguen involucrar e ilusionar a todos cuantos formamos parte de esta pequeña comunidad. Porque creemos en ti y en lo que un día aportarás a la sociedad, la atención que te ofrecemos es cercana y directa, solidaria, comprometida y abierta a la crítica constructiva… estos valores, que simbolizan nuestro legado más distintivo, estoy segura de que, cuando seas uno de los nuestros, sabrás conservarlos y trasmitirlos allá donde vayas.
Para finalizar, quiero darte un mensaje tranquilizador con relación a la pandemia que estamos sufriendo… nuestros protocolos son de la máxima confianza por cuanto están testados y avalados por las autoridades sanitarias y tienen un carácter suficientemente flexible para acompasarse, con garantías, a las circunstancias que puedan surgir.
Un afectuoso saludo.
Directora: María Teresa Rodríguez Molina