Historia
La Residencia, como tal, existe desde el año 1974, pasando su gestión por distintos Organismos y Patronatos, hasta el año 1991, en el que a través de un convenio entre el Ministerio de Educación y Ciencia y la Universidad de Extremadura las instalaciones son cedidas a esta última, asignándole el nombre actual de “Mario Roso de Luna”.
En 1997, tras la transferencia en materia de universidad a la Junta de Extremadura, la residencia pasa a formar parte de la Dirección General de Enseñanzas Universitarias e Investigación de la Consejería de Educación y Juventud, acometiéndose la mayor obra de remozado de todos los edificios de su construcción. En la actualidad depende de la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional.